El arte de rosar la perfección
Darshan 15 agosto de 2023
"La línea es muy delgada entre la luz y la oscuridad, pero uno la puede controlar, y uno tiene la capacidad para darse cuenta, cuándo es de una forma y cuándo es de otra, de discernir".
Un alumno se acercó a buscar mi consejo.
Le preocupaba el tiempo que le tomaba el lograr una vuelta de mala con un mantra.
Me decía – Escucho a la mente que me dice, “mira lo estás haciendo mal", "ya te equivocaste", "eso no te sirve”-
Y le pregunté - Por qué estás escuchando esa voz, por qué le haces caso- .
Mientras él intentaba repetirlo hasta que le saliera perfecto.
Hay una enseñanza budista sobre un monje estoico en toda la extensión de la palabra, perfectamente impecable en su vestimenta y en su postura.
Salía al bosque, se sentaba en una piedra, agarraba su mala y con la luz del sol se disponía a mantralizar durante horas.

Un mendigo que pasaba por el sitio se quedó a observarlo. Y en los días siguientes repitió su paseo para ver al monje.
Un buen día, el mendigo esperó a que el monje terminara su trabajo y se le acercó, y le dijo
– Yo quiero hacer lo que tú haces -.
El monje, con un poco de desestimación, le dijo,
- Pero ¿tú?, cómo podría enseñarte esto, mejor sigue tu camino -
En un proceso de meditación, le hacen reflexionar al monje sobre su actuar incorrecto, y se dispone a enmendar su falta. Le hace un mala al mendigo, se lo entrega y le enseña a mantralizar.
El mendigo, era una persona ignorante pero no falta de fe.
El monje sintiéndose importante, impecable y estoico, observó al mendigo quien apenas podía pronunciar el mantra, y nuevamente entró en conflicto y le dijo
– Ves cómo no sirves, no pronuncias bien, todo lo estás haciendo mal-
El mendigo no se aflige al escuchar al monje y simplemente se retira con su mala, caminando mientras sigue mantralizando y dice
– Practicaré para llegar a ser como tú –
No se da cuenta de que hay un lago enfrente, y lo atraviesa caminando.
Y el monje contempla eso asombrado. ¿Quién es más avanzado?
Cuál es la moraleja:
¿Importa la perfección, o hacerlo todo desde el corazón?
Regresé con mi alumno y le dije
– No te estés deteniendo en esto, ve tu desde dónde intencionas tu trabajo, y si fallaste, no te preocupes, que tu práctica constante llena de amor te va a llevar a ese lugar de rosar la perfección.
Hay que decirlo con humildad porque en este plano, no podemos decir que algo sea “perfecto”.
Por esa humildad y manteniéndose ahí, llegas a rosar la perfección.
Pero eso no lo buscas, sucede. Y sucede cuando haces las cosas con amor. No desde ese lugar arrogante, presuncioso.
En la historia del monje, ¿quién le enseñó más a quién, quién movía más energía, y quién hacía las cosas mejor, a pesar de pronunciar mal el mantra?
Alguien me comenta:
-Para quien está en formación espiritual, es importante tener mucho cuidado para no caer en el ego de sentirse superior por pertenecer a un Dharma-
Y en realidad esa es otra de las pruebas.
Cómo te vistes y cómo actúas, puede ser también una expresión del ego.
La actitud y el desde dónde. Siempre será lo más importante.
Si te vistes de una cierta manera para presumir, para sentirte más que los demás porque tú estás dentro de un dharma por ejemplo, ya lo echaste a perder.
Pero si te vistes así, porque te sientes bien, a gusto y no estás presumiéndole a nadie nada, lo haces por amor a ti, ¿cuál es el problema?
Siempre va a ser tu “desde dónde”.
La línea es muy delgada entre la luz y la oscuridad, pero uno la puede controlar, y uno tiene la capacidad para darse cuenta, cuándo es de una forma y cuándo es de otra, de discernir.
Sólo que no siempre queremos oír esa voz, porque la otra parece que nos da más, que nos deja algo.
Y ya lo dijo Satán, - Te doy las migajas y te quito el oro de tu Ser. Te conformas con poco y me quedo con lo mejor de ti –
Tu energía crística, tu poder de creación, toda tu luz, todo lo que el Padre te ha otorgado, lo dejas, te lo roba a cambio de migajas.
El Satán, no para.
Y qué bueno que es, porque sin él, no sería posible que lográramos ver nuestras fallas, todo aquello que se tiene que mejorar.
Y llega un momento en que ya ni siquiera lo consideras, simplemente ya no es parte de tu vida, ya no te detienes ni siquiera a hablar de él, deja de existir.
Bueno, nunca existió, solamente que lo recreaste a través de tu cuerpo, de tu ser, de tu mente, de tus emociones, le están dando vida.
Pero realmente cuando ya despiertas a la vida de la gracia, nunca más vuelves a siquiera considerarlo, porque te das cuenta de que te dejaste engañar por una ilusión.
Todos en diferente escala y diferente medida pero todos, estamos luchando contra ese adversario.
La causa del caos y del conflicto en donde sea.
Él no se cansa, él no se va a acabar, entonces, a lo mejor tú simplemente ya no lo consideras. La vocecita podrá estar ahí, pero igual le prestas poca atención, uno hace oídos sordos.
Oídos sordos
Porque también eso es ego, cuando no me están hablando a mí, pero estoy muy cerca de un grupo cerrado y estoy prestando atención queriendo escuchar lo que dicen. ¿por qué te implicas, por qué te metes sino es tu asunto?
Esas personas que todavía tienen eso, son las que escuchan al ego, de hecho el ego mismo te está hablando a través de esas personas y ni te estás dando cuenta.
Es justamente cuando, puedes hacer oídos sordos, mi mente y mi atención se concentran en otra cosa, y en verdad hay un momento en el que no escuchas nada.
Yo se los he demostrado muchas veces, cuando estoy absorto en algo que estoy aprendiendo, y me están hablando y no tengo la menor idea de que me hablaron, no lo estoy fingiendo, porque el que finge cae en su propia mentira.
Se quedan callados, sólo viéndome (…), a saber qué pensarán, y muchas veces lo que me hace reaccionar no es su atención, sino su ego, yo respondo a eso porque ya experimento un ataque, por insignificante que sea.
Porque si me llamaste – Maestro- para preguntarme algo, y no te contesté porque yo estoy absorto en algo, no estoy “ahí”, aunque aparentemente esté ahí, pero no estoy “con ustedes”.
Y empiezas: - El Maestro no me quiso contestar, por qué a mí, etc.-
Toda esa escoria es un ataque y realmente eso es lo que me pone alerta.
Y entonces regreso y te respondo- ¿Qué pasó? –
Por eso a veces mi respuesta no es amable, porque yo no te estoy viendo a ti, estoy viendo al ego que pasó por tu mente o por tu corazón.
Por eso respondo con imparcialidad, doy instrucciones, y en un instante estoy absorto (nuevamente) en lo que quiero (en mi estudio). Y me vuelven a hablar y les vuelve a pasar lo mismo.
Me vuelven a hablar y yo no estoy “ahí”. Si estoy contigo, estoy contigo, y si no, aunque me veas ahí, no estoy contigo, estoy con alguien más o dentro de mi propio Ser.
Puedo controlar muchas cosas a la vez, sí, pero esa demostración se las he dado muchas veces; porque es también en parte para que ustedes aprendan.
Y porque yo además en ocasiones necesito tener un enfoque muy grande.
Ya les dije que atención, significa “alcanzar algo”, y al alcanzarlo te apoderas de eso.
Si yo me apropio de eso, después lo desarrollo en mi Ser y lo pongo al servicio de un montón de gente. Mi propósito es superior, no es de distracción.
Uno tiene un montón de trabajo que hacer, porque les puede pasar en cualquier momento esto, pero reflexiona - ¿Me están hablando a mí? No, no es mi asunto – Y si no quieres, no oyes.
Cuando pones tu atención con los sentidos, así sea el oído, te implicas, te cargas parte del problema y tú estás dejando una energía.
Siempre, a donde pongas atención con lo que sea: ojos, oídos… siempre te vas a estar regalando tontamente.
Te regalas, porque lo que recibes a cambio, si tuvieras la capacidad de ver lo que recibes, es pura escoria, entonces estás otra vez recibiendo las migajas.
Además esas migajas son peores, porque ni placer te dan, es sólo escoria; y a cambio dejas tu luz crística.
Si entendieran eso, nunca más lo harían.
Si verdaderamente lo comprendieran, nunca más lo harían. Y no perderías el tiempo en estar formando estupideces en tu cabeza.
Si no es mi asunto, no me meto, no opino, y no me implico en nada. Estoy haciendo mi trabajo interno y ya, si algo me involucra entonces pongo toda mi atención posible.
Con toda la consciencia, no a medias. Es parte de la enseñanza porque a medias se distraen muy fácilmente y terminan por hacer las cosas mal.
Tienen que estar bien enfocados.
Por eso les he dicho, abre bien tus oídos para escuchar y comprender lo que otra persona te quiere decir, no nada más oigas para ver qué contestas.
Hay una diferencia en oír para ver qué contesto, pareciera que estoy en una lucha de palabra, para saber quién gana.
Y hay una diferencia muy grande en escuchar para comprender. Entender lo que el otro ser humano me quiere participar; ahí ustedes descubrirían un montón de cosas previas; engaños, mentiras, doble sentido, un propósito no positivo.
Por ejemplo: - quiero tu amistad pero porque estoy pretendiendo algo-
Pero si ponen atención, escuchan y comprenden para ver de dónde viene, no podrían engañarlos nunca, porque tenemos esa capacidad de discernimiento.
Pero si nada mas oyes para ver qué contestas, por eso los engañan muchas veces.
Y si la persona le está hablando a tus vacíos existenciales, te embelesan el oído y caes.